sábado, 22 de diciembre de 2012

Soy un lirio de los valles

(Son 2:1)  Yo soy el narciso de Sarón, el lirio de los valles. El Amado:  Como un lirio entre los cardos es mi amada entre las jóvenes.

La segunda etapa en el viaje de la experiencia de la fragancia de Jesús es cuando ella se da cuenta de que el aroma de su vida, de su personalidad, ha cambiado...ella es ahora como un lirio lleno de pureza...en cada cosa que ella hace o dice descubre que ya no es la misma. Todo lo que ella hace ahora está saturado de la pureza de Jesús. Ella ha tomado el compromiso de vivir en pureza sexual, pureza de pensamientos, pureza de intenciones del corazón. Ella experimenta pasión por la santidad. Ahora ella se sabe única y el Amado confirma su descubrimiento diciéndole que en verdad está llena de pureza en medio de circunstancias que tratan de seducirla a vivir en falsedad y maldad.

¡Cuánto necesitamos ahora experimentar el aroma de la pureza de Jesús! Experimentar Su pureza nos haría vivir diferente, nos haría hoy anhelar vivir de una manera diferente. Encontraríamos que el pecado es terrible para nosotros. El pecado lastima el corazón de Dios y nos aprisiona.

¿Cuánto necesitamos conocer al Jesús perdonador! necesitamos que nos quite las vestiduras de maldad y nos lave y cambie en vestiduras de pureza.

Eclesiastés 10:1 dice que una locura es como un perfume al cual le entra una mosca...¿Quién desea perfumarse con una fragancia así?

Pero también dice el Salmo 51 que puedo acceder al perdón y santidad por medio de la confesión y el perdón de Dios. El poder de la sangre de Cristo no es solo para reprender al maligno...es suficientemente poderosa para limpiarnos de nuestros pecados y maldad...  

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