sábado, 22 de diciembre de 2012

Tu Nombre es Perfume que se derrama



(Song of Solomon 1:3)  sí, el aroma de tus perfumes es exquisito, tu nombre es un perfume que se derrama: por eso las jóvenes se enamoran de ti. 


Para la cultura hebrea, el nombre de una persona es muy importante porque destaca aspectos de su personalidad y su destino. El mismo nombre de Jesús significa "Salvación" o "Dios Salva". Sin embargo, Jesús tiene varios títulos y Nombres que tratan de revelar su verdadera naturaleza como Hijo de Dios, Hijo del Hombre, La Raíz de David, el León de la Tribu de Judá, Admirable Consejero, Príncipe de Paz y otros. Cada uno de ellos trata de expresar Su naturaleza y nuestro encuentro con ese precioso Nombre hace que nuestra propia naturaleza sea transformada.

Por eso conocer a Jesús es amarle. Amarle es vivir para El de una manera digna de El. No amarle así significa que no le conocemos verdaderamente como El es, de lo contrario, como dice este verso, estaríamos cautivados y enamorados de El.

De manera que a igual que a la Sunamita del libro de Cantares, al conocer a Jesús y experimentarle, comenzamos el viaje mas fascinante que alguien pueda seguir, un viaje que cautiva lo mas profundo de nuestro ser y llena hasta el vacío mas profundo de nuestra alma. Muchos tratan de llenar esos vacíos con personas, cosas, posesiones, éxito, drogas y adicciones...fuimos diseñados para anhelar ser cautivados y fascinados por Dios y nos perdemos en esa búsqueda incansable de la vida, hasta que un día, desesperados en aburrimiento y desencanto, nos detenemos a preguntarnos si la vida consiste en algo mas...

Es entonces cuando en nuestra vida irrumpe Su fragancia. Así como la imagen de este blog "como raíz (resurreccción) en tierra seca (nuestra vida marchita)" y llena de Su fragancia nuestra existencia...somos cautivados y atraídos por esta fragancia toda nuestra vida, si es que de verdad le hemos conocido.

En estos tiempos tan llenos de distracciones y placeres compitiendo por atraer nuestra atención y afecto y desviarlo de Cristo, el verdadero merecedor, necesitamos lanzarnos a un compromiso mayor de ayuno y oración para no contaminarnos con la comida del rey de este mundo, como lo hizo Daniel y sus amigos. Debemos anhelar y buscar este perfume, dejarnos cautivar por la hermosura de Su Nombre, de la fragancia de Su personalidad.

¿Haz experimentado Su fragancia? ¿Estás siendo transformado(a) por esa fragancia? ¿En que etapa de ese viaje te encuentras?



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